lunes, 26 de octubre de 2009

Entrevista a Julio Barriga

Poco a poco, pero intempestivamente, aparece en el plano la delgada silueta de Julio Barriga arrastrando su valija. Viene de Sucre, de pasar unos días de poesía y ajenjo en el Festival “Días de Poesía”. Luego de semejante jolgorio no puede volver al anonimato recalcitrante que vive en Tarija, la ciudad sin cine. Aprovechando que dejaba la maleta en el suelo para descansar un rato, nos acercamos y le preguntamos qué onda. Nos costó sacarle las palabras, pero lo conseguimos. Luego se alejó, retomando su rumbo extraviado, pero esta vez más lento. Publicado ayer en ese super suplemento que es La Ramona, también les presentamos, un poema inédito del poeta punk tarijeño.

“Mis textos quieren cronicar estos fenómenos juveniles, asistir a estos tiempos de cambio”

por Fernando Barrientos

Pregunta:- Vienes de Sucre, que es la tierra de tus mayores, del Festival “Días de Poesía” ¿qué tal te fue?
Respuesta: ¡Bomba, Lucho!, he acopiado satisfacciones para muchos años de amarguras. He comprobado que hay un estado de efervescencia poética. Hay una avalancha de publicaciones y un interés de leer poesía en público que no sé si tendrá parangón en otra región del país. Los que asistimos a Sucre, porque estamos enamorados de las palabras, tenemos mucho que agradecer a la organización que nos permitió atizar el perenne fuego de la poesía. Me proporcionó un estimulante, y en general optimista, panorama de la poesía boliviana en emergencia.

P:- Has conocido y te has reencontrado con poetas jóvenes, ¿qué impresión te ha dejado esto?
R: Me he reunido con los poetas jóvenes, que condescienden al grado de tratarme como uno de ellos. Conocí y traté a Jhon Castillo, poeta tarijeño, que junto a Anabel Gutiérrez y Marco Montellano ya forman un buen corpus de joven poesía tarijeña –mayormente desconocida en su región de origen. Además en Sucre vi y escuché a la verdaderamente nueva poesía de Bolivia y a alguno de sus impulsores. Nuevas voces se alzan en un escenario que está cambiando a gran velocidad. Poesía moderna, sin falsos folklorismos ni izquierdizantes ingenuidades dogmáticas, con humor y una mayor presencia de la voz femenina, que tiende a ocupar su 50 %. Siendo esta una generación menos orgiástica que aquella de la que provengo, las jornadas se caracterizaron por una sobriedad no absoluta, que no perjudicó el cumplimiento del programa ni la alegría y creatividad.

P:- ¿Y qué diferencias y/o puntos en común encuentras entre estos jóvenes poetas y los poetas de tu generación?
R: Nos parecemos en que tenemos la tradición del parricidio, de los grupos y las revistas, y nos diferenciamos en que esta generación tiene una forma menos radicalizada políticamente de acercarse al mundo que la de mi generación. Pese a la precariedad persistente, muchas carencias de estructura están siendo subsanadas. En mi época no era así. Corresponde a la juventud crear las más esclarecedoras y significativas superestructuras.

- ¿En qué textos andas trabajando?
Yo nunca trabajo, pero mis textos, que se trabajan solos, quieren cronicar estos fenómenos juveniles. Asistir de algún modo a estos tiempos de cambio. Tengo un par de libros bajo el colchón y quizás los saqué de allí, dada la aceptación de los jóvenes por mis ocurrencias. Uno es de un género indeterminado, entre el cuento y la crónica, una subversión de la autobiografía. Son textos que se han ido acumulando en los últimos 30 años y ahora conformarían un volumen que probablemente se llame Biografía imaginaria de un fantasma real, en el que hay crónicas de bares, recuerdos de infancia, homenajes y defenestraciones, relatos y confesiones horrorosas, etc. El otro libro aún no tiene título (pero sigue estudiando para ello) y está compuesto de poemas diversos, con casi el mismo tono de mi último libro, Cuaderno de Sombra (Editorial El Cuervo, 2008) y me parece más biográfico, más al interior que al exterior, como registrando los hechos que suceden dentro de mí, más que los de afuera.


La labor de la lengua
es corromper el cuerpo
La labor del lenguaje
es corromper el cuerpo del mundo
Oh, poeta, y habías esperado
mejores días en la plenitud de tu goce
El pasado se ha ido construyendo en ti
como a una cicatriz
Eres un cuerpo en pena
un alma gangrenada por la soledad
Un secreto temor es el ratón
royendo los cimientos de la casa
tu cuarto fulge en la noche como joya
tu buena fe naufraga
en dársenas de vidrio
Y ya no hay dolor, tan sólo un callo
una cornea dureza del espíritu
Con pies ágiles la muerte vino
en un paso de danza
Muchachas que esperan en sus umbrales
sumándole páginas a mi decepción
con las miradas perdidas y anhelantes.

1 comentario:

Marco dijo...

Bomba lucho por el blog de La Editorial El Cuervo, no tiene desperdicio!